NO ME DA LA GANA
No me da la gana
de callar lo que me está matando,
si a la final me va acabando,
¡Que terminé de una vez!
No me da la gana
de subordinar mi voluntad más que a la Divina Providencia,
pues es libertad misma del alma, no así el que subyuga,
el que mata o esclaviza.
No me da la gana
de soportar la injusticia,
sonreír ante la barbarie,
aplaudir la debacle,
o fingir demencia ante la realidad que aplasta.
No me da la gana
de figurar con un silencio acusador
Que solapa, que secunda,
Que tolera lo inhumano.
No me da la gana
de ser uno más,
porque, ¿cuántos menos habrá?
No me da la gana
de aceptar cadenas a mi libre pensamiento,
grilletes al libre desarrollo de mi personalidad,
ni mordazas a mi voz que reclama igualdad.
No me da la gana
de aceptar sumisa el pie de quienes exigen respeto a
No me da la gana
de brincar y mover la cola
al sólo toque de la campana,
No serás Pavlov ni yo el perro,
No verás mi lengua al suelo,
verás mis ojos al cielo esperando mi real sustento.
No me da la gana
de maldecir porque me convierto en uno de ellos,
antes bien,
No doy identidad al todo por los pocos.
No me da la gana
de aceptar silente la burla de mi fe,
No trasciendas los linderos porque he de responder,
¿o crees que una conciencia cautivada es capaz de
No me da la gana
de soportar la injusticia,
sonreír ante la barbarie,
aplaudir la debacle,
o fingir demencia ante la realidad que aplasta.
No me da la gana
de figurar con un silencio acusador
Que solapa, que secunda,
Que tolera lo inhumano.
No me da la gana
de ser uno más,
porque, ¿cuántos menos habrá?
No me da la gana
de seguir estándares
marcados por quien no tiene idea de quien es,
de seguir estándares
marcados por quien no tiene idea de quien es,
mucho menos sabrá quien soy.
No me da la gana
de que absorban mi identidad
Y la diluyan en el tiempo;
es más me rehuso a canjear mis sueños por una pesadilla,
a olvidar quien soy por una fantasía,
a vivir de mentira,
o a respirar por encima porque espanta la profundidad.
No me da la gana
de que absorban mi identidad
Y la diluyan en el tiempo;
es más me rehuso a canjear mis sueños por una pesadilla,
a olvidar quien soy por una fantasía,
a vivir de mentira,
o a respirar por encima porque espanta la profundidad.
No me da la gana
de aceptar cadenas a mi libre pensamiento,
grilletes al libre desarrollo de mi personalidad,
ni mordazas a mi voz que reclama igualdad.
No me da la gana
de aceptar sumisa el pie de quienes exigen respeto a
su derecho y vulnera los míos.
No me da la gana
de brincar y mover la cola
al sólo toque de la campana,
No serás Pavlov ni yo el perro,
No verás mi lengua al suelo,
verás mis ojos al cielo esperando mi real sustento.
No me da la gana
de maldecir porque me convierto en uno de ellos,
antes bien,
No doy identidad al todo por los pocos.
No me da la gana
de aceptar silente la burla de mi fe,
No trasciendas los linderos porque he de responder,
¿o crees que una conciencia cautivada es capaz de
subordinarse ante la nada?
No me da la gan
Y no me da la gana,
porque no busco que me den un lugar,
¡ya lo tengo!
Hija de Dios, ser humano, ciudadana del mundo,
habitante del universo,
caminante de la vida,
¿creéis que podéis darme algo mayor?
Y no me da la gana,
porque no busco que me den un lugar,
¡ya lo tengo!
Hija de Dios, ser humano, ciudadana del mundo,
habitante del universo,
caminante de la vida,
¿creéis que podéis darme algo mayor?



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